Registro de pruebas para irregularidad. ID: Denker.

”Busca la libertad, don tan preciado como sabe quien por ella dé la vida.”

Citó al dantesco, sin arrepentimientos. Mientras sus ojos se iluminan, entre su paso ambiguo y la calma que bien sabía no justificaba ninguna virtud. Todo ese comportamiento era debido a su irredimible situación. Pues de nada sirve alarmarse cuando ninguna alma podía escucharle.
>Al tiempo; de la oscuridad emerge su forma, existiendo desde hace ya las mil y un noches pero abandonada [su forma] por los límites de su amiga allá arriba, el cielo, la luz cuya vida radica en lo visible… aquello cuyo nombre desde tiempos inmemorables considero incorrecto por ser no más que tierra seca y un foco deficiente para su extenso infierno. Y así como pensó, jamás se sabría alguna otra respuesta de la susodicha luz. Solo más preguntas. Pero eso no sería suficiente como para cesar su paso, él prosiguió ignorante como cualquier día cotidiano en el irrelevante sendero que ahora recorría, acercándose cada vez más al lugar que osaba decir como predilecto entre la prisión que muros no posee. Solo estaba aquella luz que con dicha amaestraba a su presa, cuando la nada misma era lo único que le ofrecía entre viejas piedras. ¿Era posible? un lugar en el cual no pudieses escapar pues no es de libertad, solo de esperanzas que prolongaban lo demás.

Al menos él pensaba que quiénes sabían cómo afrontar la verdad podrían tarde o temprano proseguir y triunfar… naturalmente se molestaba cada tanto en pensar que quizás no era posible, cada tanto seguía en la búsqueda de aquello cuya forma ni sabe o existe… pero de alguna u otra manera le terminaba reconfortando en su desolado y perjudicado mundo. Lo que demostraba la debilidad de la criatura, él no tenía mucha diferencia al de un niño perdido que busca a su madre, pues al igual que uno, su llanto perseguía aquello que tanto anhelaba. ¿Aunque podría ser tan estruendoso como uno? quien sabe, pues algunos dicen que cuando se nace con soledad se vive con soledad; y su silencio ante la presente [Soledad] lo demostraba muy bien.
>De pronto su camino se acorta, la luz visible fue y con ello cualquier prueba irrefutable. Poco tiempo quedaba para llegar al acantilado cuya luz se derramaba como un rio desmesurado, poco quedaría para un nuevo libro cuyas artes estaban imbuidas en conocimientos indudables. Poco quedaba para el saber, aunque eso jamás bastaría: tenía que buscar cómo utilizarlo. Un camino que llevaría a nuevas experiencias por encima de lo que el ojo le permite percatarse al humano, por encima de la imaginación, por encima de cualquier acto que un físico pueda limitarse a hacer, ya que aquel era un camino que pide a su aventurero el vivir el dolor cuyo autor sufrió. ¿Valía la pena?  algunos se lo cuestionarían… él no.
Y así en algún momento una luz impregna todo lo que se logra ver en su gracia, la criatura se posa por debajo de esta y con su propia mano extrae nuevamente el conocimiento de vastos imperios. Rodeado de no más que la extensa oscuridad, posado entre el frio de la tierra y una existencia sin razón que proseguía con la lectura de aquellos libros entre los recuerdos que efímeramente hacían una aparición cada cuanta epifanía lograra hacerse en un hombre. No había momento para otra cosa pues aquel mito [Tiempo] solo seguía dando revuelos en los libros que siempre iban al compás de la prosa, no existía si quiera algo que diferenciara la vida y muerte. El seguir adelante tampoco era una opción, solo el ver el gris de la profunda oscuridad cuyo revele se hace solamente para la luz omnipresente. No la física, no la mental, solo la manifestación del alma cuya esencia consistía en la inocencia de tanto libro como se alimentase el niño. Pues verán, aquella criatura de humildes como descuidados aspectos no era deprimente por la única razón cuyo caso desconocido seria para incluso si mismo; el deseo de tener amigos.
¿Pero cómo era posible que una criatura sin aprendizaje, sin experiencias en la vida y condenado a meramente existir en la soledad pudiera conocer una palabra como la referente a la amistad? Libros. Y aunque pareciese un “deja vu” esa era la manera correcta de resumir la respuesta, pues aquella condena que seguía extendiéndose por cada grano que de la luz caía en su regazo un nuevo día lleno de historias se hacía. Comenzando por uno y terminando por miles, su lenguaje basto cada cuanto se volvía uno extenso y aplicado. Pero no solo eso, sino que un espíritu lleno de las esperanzas en aquellos cuentos cada vez predominaba lo que tenía él por existencia.
>¿Pero los cuentos eran reales o solo historias de hombres frustrados?; Él no lo sabía, no tenía ni idea, solo los recogía cada vez que podía. Deseando no más que aquel reino en el cual niños y niñas jugaban junto a dioses fuese cierto. Ya que así al menos un amigo podría conseguir. Como los otros cuentos que hablaban de famosos detectives y sus compañeros, como aquellas letras que les otorgaba importancia a los niños cuya amistad perduraría por más que el tiempo contradijera o la dichosa palabra llamada “amor” se diera. ¿Qué iba a pensar un niño como él de las frustraciones que se dan para mentir?. Ciertamente quedaba desconcertado cada vez que leía, al punto tal en que envidiaría a cada personaje por la suerte de nacer en un mundo con tantos colores como la imaginación permitió. No un gris, no un oscuro negro que rellena la soledad ni el marrón de tierra seca… sino aquel verde y azul del cual tanto libro podía hablar como un ave volar. Pobre niño, no sabía el engaño en el cual estaba metido.

Entonces el milagro ocurrió; por un momento el deficiente foco se había vuelto todo y más. El cielo por primera vez fue tan destellante como las referencias que alguna vez se escucharon en los cuentos, inclusive más, ya que no había nubes o estrellas solo una inmensa luz que imponía su presencia. ¿Era el cielo? ¿era un dios? ¿era un paisaje? no importaba para el niño, ni la criatura, era simplemente increíble. No podía evitar sonreír, no podía contener las ganas de reír triunfante. No podía pensar en una mayor felicidad, ni nobleza u acto que se le pudiera comparar. No existía libro más emocionante que el propio momento, de eso ni una duda: por lo que no podía creer nada aun cuando lo presenciaba, creyó estar loco, creyó en la esperanza como un hecho… creyó en el verde y el azul de los cuentos. Su corazón no dejaba de palpitar por los nervios, en algún punto eso nublo sus pensamientos: creyó ser libre.
>Aquella luz cuya esperanza esparcía, cuya gloria parecía ser indudable y cuya presencia era simplemente admirable… ocultaba un secreto. Uno que el joven no se daría cuenta, ya que como el diablo la luz había aparecido como la tentación de los frustrados. Lo que era ingenioso, nadie cuando mira una oportunidad que nunca volverá piensa si quiera si le beneficiara: ya que en el mundo lo raro va por encima de lo necesario.

¿Que recuerdas…?

La criatura no pudo cometer más grande error que contestarle su única pregunta, aquella muda frase que solo entendería su corazón en una melodiosa sensación. Indescriptible, inconexa en cualquier sentido que se viera, ya que ninguna voz se había dado solo una pregunta que el corazón del joven se había encontrado.
-A ellos escogiendo su propio destino, aquella tierra lejana que no tiene mención ni para un observador…  una especie de guerra… y finalmente la muerte de alguien- comento viendo a la nada que ahora lo era todo, sin saber exactamente qué significaba la condena que ahora sufría ni la vestimenta que desde el primer día en el infierno tenía.  Era irónico, blanca era y la oscuridad por tanto tiempo negra la había vuelto [su ropa]. Tampoco importaba, no más que ver sus propias manos manchadas del color rojo. -Era mi enemigo- agrego, en un cuento que no sabía con certeza.


(Inspirada en la teoria que dice que la cueva de Baam era una prisión, la luz que ve en el cielo no es la puerta de la torre, es la de otro irregular. Deseoso, el tratara de abrirla con la voluntad de creer que suya es. Lo que he hecho con la intención de volver mas lógico el si el personaje muere o no.)