Bienvenido al infierno.

La cabeza de quien hace unos minutos me desafiaba a muerte, rodaba por el suelo. Su sangre cubría el poco pasto que había bajo nuestros pies, y aunque estaba acostumbrado, esta vez no quise mirar su expresión en el rostro. No cuando aquella muerte no me pertenecía.

Miré a mi alrededor, pero no divisé a nadie. Sentí un fuerte silbido, entonces noté que una gran rafaga de viento levantaba polvo del desertico paraje, esta se acercaba a mi como un tornado, pero mucho, mucho más rapido. ¿A esto le llamaban el infierno de Evankhell? Al principio creí que sería fácil, asesinar a quien se cruce por mi camino y mantenerme vivo hasta que el numero de aspirantes llegue a la mitad. Ahora, cuando aquella ráfaga endemoniada me tiene volando por los aires, y estoy a punto de romper mi cuello contra el suelo, me doy cuenta que no es así; esto será más dificl de lo que creía.

Estiré mis manos para contener la caída, parecía una flecha lanzada desde el cielo que estrellaría contra el suelo de forma violenta. Y así fue, pero la muerte no me alcanzó. Rodé por el suelo, golpeandome con algunas rocas y malezas que habían en mi camino y cuando dejé de rodar solo dolor era en lo que pensaba. Tosí algo de polvo que había entrado a mis pulmones y acomodé el parche de mi ojo derecho; levanté la mirada, otra vez nadie. ¿Acaso había sido victima tan solo de una onda expasiva? Tal vez era eso y humillantemente alguien me había derrotado sin siquiera saberlo, pero aquello era ridiculo, pues quien hace unos momentos ansiaba matarme ahora regaba el inerte suelo con su sangre.

Me levanté por completo, está vez pude divisar algo. Dos sujetos, frente a frente, iban a pelear; quizás mi deducción estaba en lo correcto, no había sido más que una victima de un poder más grande. Esto, en serio, se ha vuelto peligroso.

Luz... Una luz cegadora proveniente de algún lugar en el techo...

El lugar era bañado por una poderosa luz, anteriormente la luz representaba una bendición. Ahora esa misma luz es una maldición, la luz quema sus ojos, ante la luz su decrepito cuerpo es expuesto y las marcas de quemaduras se sienten peor que el mismísimo infierno. Sin embargo estaba aquí, lejos de quienes convirtieron su vida en un tormento. Era libre, libre para vengarse.

Luego de escuchar el mensaje sabía exactamente que hacer, si subía la torre encontraría lo necesario para llevar a cabo su plan. Pero cada cosa en su momento, por ahora debía sobrevivir, sobrevivir a toda costa.

Por un momento Encanis cierra los ojos, intentando recordar el odio profundo que siente hacia aquella persona que el día menos esperado le arrebató todo, no podía titubear ni por un segundo, su deber es acabar con todo aquel que se interponga en su camino, sin importar que, no hay tiempo para misericordia, es tiempo de reclamar justicia. Y será de la forma más cruel posible. Una vez hechos los preparativos toma su espada y espera a que la primera víctima aparezca.

Matar al primero fue muy sencillo, sus movimientos denotaban que no tenía conocimiento alguno sobre defensa personal, mucho menos sobre como manejar armas, por un momento Encanis agradeció las pocas lecciones recibidas por su padre hace muchos años. Un corte sencillo y la garganta del oponente es partida en dos, dando lugar a una muerte horrible. Una segunda víctima, en este caso una mujer, horrorizada al ver el rostro desfigurado de Encanis, fue incapaz de reaccionar, su cabeza fue cercenada de tajo.

- Lo siento, pero si no eres capaz de mantener la cordura en este lugar jamás debiste intentar subir

Por un momento la duda atravesó sus pensamientos, ese instante fue todo lo necesario para que un nuevo oponente aparece por la espalda, golpeándolo por sorpresa. En el suelo, aun incapaz de reaccionar una figura se muestra, portando una maza, la cual prepara para aplastar su cabeza, justo en ese momento Encanis tiene una visión de su hogar, del día fatídico en que perdió todo.

- ¡NOOOOOOOOOOOO!

Una patada en el vientre del oponente lo hace retroceder, para acto seguido incorporarse de un salto y darle un golpe en el rostro, ese instante era todo lo que Encanis necesitaba, tomando su espada se dirige de frente al enemigo, quien logra recuperarse y detener el golpe con su maza. Sin embargo es poco lo que puede hacer ante la furia de Encanis, quien es incapaz de ver a quien tiene en frente como un regular más, sino como el responsable, en su desvarío solo se logra entender una palabra

- FUG

Luego de una serie de ataques furiosos, finalmente logra reducir a su oponente... ¿lo que sigue? un escenario dantesco, incapaz de controlar su furia no termina con él hasta dejarlo reducido a una masa sanguinolenta. Los ojos desencajados de Encanis miran nuevamente al techo, específicamente hacia las luces, esta vez de forma amenazante. El baño de sangre debe continuar, la venganza debe llevarse a todos.

Me dirigí a un pequeño acumulo de árboles que había no muy lejos. Mi respiración agitada, tragaba saliva mientras apuraba mis pasos hacia aquel lugar, miraba de un lado a otro y una que otra vez me detenía y agachaba cuando algún ruido sospechoso me ponía en alerta.

Un grito, un desgarrador grito irrumpió entre los golpes de espadas y el polvo en el aire, levantado quizás por todas aquellas personas que huían, en parte, igual que yo. Pero en mi caso no era del todo cierto, sabía muy bien que si alguien buscaba refugío ese pequeño bosque sería ideal para ello. Finalmente estaba a unos cien metros de mi destino, un valle desertico me separaba de el. Miré a los alrededores, no vi a nadie, pero entonces, cuando comencé a correr a cabeza gacha, noté aquel baño de sangre que solo a metros estaba. -Rayos, como no lo vi antes- Aquellos cuerpos tirados en el suelo solo hicieron que un escalofrío recorriera mi espalda, pero eso no fue nada, nada comparado a aquel sujeto que ahora, sin darme cuenta como, estaba frente a mi.

-N..no creas que terminaré igual, monstruo- Retrocedí unos pasos y me puse en guardia, su rostro me aturdía ¿acaso podía vivir alguien así, con tales llagas? Su rostro y cuerpo tatuados por vendas, al parecer había sido herido de gravedad. Pero eso no era lo preocupante, el horror al verlo no era lo más importante, sino, lo que decidiera hacer ahora. ¿Me vería como su enemigo? Si es tal el caso, no dejaría ni por un instante que tomara mi vida así como así.

-Seguiré al proximo piso- Rugí con valor y miedo a la vez, me agaché, y tomando velocidad, solté una patada baja con mi pierna derecha hacia las de él. Mi intención era derribarlo. Si lo hacía, las cosas se pondrían a mi favor.

La amplia llanura se extiende hasta donde da la vista, cubierta por todas partes de un intenso color verde. Se acerca la cosecha y los campos se empiezan a teñir de los colores de las verduras. Sentado en una cerca un joven contempla complacido los frutos de su trabajo. A su lado un hombre mayor, curtido por años de trabajo duro, mira hacia la distancia, como tratando de divisar el muro que separa a la torre externa de la interna.

- Me pregunto como será la vida en los otros pisos - Pregunta el joven. Su padre no puede evitar la consternación ante tal pregunta - ¿Para que saberlo?¿Acaso no te gusta la vida que llevas aquí? - El joven se incorpora de un salto, su mirada busca lo que su padre parece haber perdido. - Algún día yo escalaré esta torre, quiero saber que hay más allá de estos muros -.

Al no obtener respuesta a su comentario el joven se voltea a ver a su padre, su expresión ha cambiado completamente, se ve mucho más serio, un ligero y sutil cambio en su expresión. Empieza a hablar sin apartar la vista del horizonte - Más allá de estas paredes solo encontrarás la locura - son sus únicas palabras. El joven lo mira consternado - ¿Locura? - pregunta de forma automática - Mas allá de esas paredes solo encontrarás eso, locura, la locura consume las almas de todos aquellos que son elegidos, si entras en ese mundo la locura te consumirá a ti también -.

-¿Cuanto creo que duraré?- Escupí al suelo, algo indignado. Lo reconozco, ese mounstro se ve seguro de si mismo, parado en medio de la batalla, casi tentando a la muerte. Cuentan las viejas historias, aquellas rodeadas por cervezas de barril y tabernas con olor a piltre acabado, que aquellos que no temen a la muerte es porque la respiran en todo momento, o más bien, durmieron con ella alguna noche. Este repugnante hombre frente a mi, parece que durmiera, no, caminara junto a ella en todo momento. Lo puedo sentir, mi respirar, mi sudor, mi piel, todo mi ser me lo dice. Hoy es un buen día para morir. Pero no...

-Te diré algo mal nacido. No me importa cuales sean tus planes, ni mucho menos- Me puse en guardia, preparando mi siguiente ataque. -Aquellas ideas imbéciles que gritas a los cuatro vientos- Tomé carrera y me alcé contra él. Tal vez era la peor desición de mi vida, pero este juego recién comienza, no seré de aquellos que pierda a la primera.

-Fuego tenebroso- Dirigí mi puño hacia las vendas que tapaban el rostro de aquel mounstro, segundos después mi puño y brazo se veían envueltos en un fuego candente y hambriento de carne. Solo debía tener un poco de suerte. Me moví hacia la izquierda, luego me agaché, miré hacia arriba y dirigí mi puño hacia su mentón. Vamos, muere luego animal....


PV: 1500
Room gastado: 1
Daño a provocar: 512.5

Calculo de daño: Ataque total: (50) + 450 [+ 0] [+ bono = 50 x 0.25 = 12.5] = 50+450+12.5 = 512.5


Fuego Tenebroso [10F][Ofensiva][Fuego][450][1][Corta distancia]

Spoiler:

El miembro 'Ryuner' ha efectuado la acción siguiente: Lanza tus Dados

'random' : 5