Ficha de Encanis Sutur

La vida del ser humano es como una vela encendida... Arderá continuamente hasta consumirse por completo.

Ahora que me acerco al final de mis días he decidido dejar constancia de los hechos que marcaron mi paso por este mundo, en aquel entonces todo parecía mucho más brillante, ahora finalmente todo se apaga y termina por desaparecer.

Los recuerdos más lejanos se remontan a hace muchos años, cuando aún era joven y vivía con mis padres, que tiempos aquellos. De haber sabido lo poco que durarían los habría aprovechado mejor. Ahora me arrepiento de no haber sabido disfrutarlos.

Mi padre había logrado finalmente establecerse en una tierra propia, una gran parcela de terreno que trabajaba día a día. Sin importar las condiciones en el exterior el continuaba con su labor. La vida en la Torre Externa, alejados del bullicio de otras zonas mucho más vivas en la Torre era muy difícil, sin embargo mi padre solía trabajarlo todo con una sonrisa amigable. Aún puedo recordar su risa y sus ganas de vivir, aún puedo oler el aroma a lavanda en el cabello de mi madre. Ahora solo quedan esos recuerdos, recuerdos de un pasado cruel que me lo arrebató todo.

Con el paso del tiempo aprendí a amar esa tierra del mismo modo que mi padre la amaba. El trabajo diario forjó mi cuerpo y mi caracter, eran buenos días, la cosecha era prospera y las ganancias eran buenas. Fue en ese momento que la conocí, todo ocurrió tan rápido, no logro recordar todo a detalle... Tal vez mi mente quiere evitar los recuerdos dolorosos y bloquea toda la información que tiene sobre ella, no puedo recordar ni su rostro, solo su sonrisa. Una sonrisa cálida como una mañana de verano, es el único recuerdo que tengo de ella.

Los años pasaron y finalmente pude establecerme, hacer familia... Por un momento pensé que no hacía falta nada más, mi vida estaba completa. Sin embargo el destino tenía otros planes para mí, los días felices llegaban a su fin, pronto todo sería sumergido en la más profunda oscuridad...

Muerte y renacimiento... El nacimiento del oscuro

La muerte es como una brisa silente, apaga la llama de la vela antes que alguien pueda hacer algo por evitarlo. Mi muerte llegó una noche, moviéndose entre las sombras. Ese día lo recuerdo perfectamente, fuí de visita a casa de mis padres acompañado de mi esposa y mis hijos. Pasamos una tarde muy amena, hablando de los últimos inventos desarrollados por el Gong Bang para facilitar las labores agrícolas, luego de comer una deliciosa tarta los niños se fueron a dormir, besé la frente de cada uno de ellos y me dirigí al pórtico. Mi padre se notaba algo intranquilo, sacó un cigarro y se dedicó a fumar, viendo hacia el horizonte como si esperara algo... O a alguien.

Al acercarme se dió la vuelta sonriente como siempre, sin embargo esta vez había algo más en su rostro, pude notar algo de nostalgia en sus ojos, como si se acercara una despedida. Como siempre fue parco en palabras: "..., hijo mío, se que amas esta tierra, es por eso que he decidido dejar todo a tu nombre, para que lo administres como mejor te parezca" - Sin saber que decirle no me atreví a preguntar el motivo de esta decisión, todo era muy extraño para mi - "Se acerca el momento de mi partida, me habría gustado mucho permanecer contigo y ver crecer a mis nietos, pero hay algo que debo hacer..." - ¿Partida? ¿de que habla? Sin poder entender no me dió tiempo a responder - "Espero que algún día me perdones hijo" - Antes que pudiera contestarle sentí un cambio en la brisa, fue algo sutil, pero significativo. De pronto el ambiente se volvió pesado, sentí como si mi cuerpo estuviese siendo oprimido por una fuerza misteriosa. El rostro de mi padre se transformó - "Corre.." - No terminó de decir la frase, una fuerza invisible lo lanzó a una distancia considerable. Mi padre se incorporó rápidamente; luego de juntar sus manos un disparo de shinsoo a alta presión salió en dirección al enemigo que hasta aquel entonces no había sido capaz de ver...

¿Manipulación de shinsoo? Mi padre era un campesino, toda su vida ha trabajado en estos campos ¿como es posible que pueda usar el shinsoo? He oido hablar de los Regulares, seres escogidos por los guardianes para ascender por la torre, gracias a sus contratos eran capaces de manejar el shinsoo a su antojo ¿Mi padre... Un regular? Seguía con muchas dudas, sin embargo la voz imperativa de mi padre terminó de sacarme de mi trance...

- "¿Que esperas? ¡Ve a casa y llevate a tu familia!"

Mientras corría en dirección a la casa mi madre salió por la puerta, sin mirarme por un segundo se plantó firme contra el enemigo que nos amenazaba, su mirada era desafiante, jamás la había visto de esa forma. Sin cruzar palabras conmigo solo se dedicó a decir una cosa

- "Inventario, modo visible"

Para ese momento no sabía si me encontraba inmerso en un sueño o era la realidad. Mi madre tomó una aguja y se lanzó a la pelea, sus movimientos, que poco antes eran lentos y perezosos, pasaron a rápidos y ágiles. Con gran maestría se enfrentó al enemigo, yo para aquel momento no sabía que pensar. Instintivamente corrí a buscar a mi esposa e hijos, era prioridad sacarlos de ese lugar.

Al llegar a la habitación donde estaban los míos me sentí aliviado, dormían plácidamente, desconociendo el peligro que acechaba a pocos metros de allí. Me disponía a levantarlos cuando el verdadero terror comenzó...

Entró por la ventana como si fuera una pelota, al principio fuí incapaz de reconocer el objeto que rompió la ventana de forma estrepitosa y despertó a mi esposa, algo somnolienta me buscó con la mirada, como tratando de obtener una respuesta, en ese momento no tenía respuesta para lo que estaba pasando. De pronto un grito.

Al ver el gesto de terror de mi esposa fué cuando finalmente pude salir de mi estado de confusión, permitiéndome reconocer finalmente el misterioso objeto que había irrumpido en la habitación, era la cabeza de mi madre... Ya no podía percibir en ella el olor a lavanda, solo era un amasijo de sangre que manchaba todo, mis hijos se despertaron a causa del grito. Rápidamente los tomé para que no vieran lo que había sucedido, tras sacarlos de la habitación intenté hacer reaccionar mi esposa... Imposible, estaba en un estado de shock debido a lo que acababa de ocurrir. Sin más remedio que tomarla del brazo para sacarla de la casa nos dirigimos a la salida de atrás, fue en ese momento que sentí algo caliente en mi espalda; mis oidos zumbaban, incapaces de reconocer los gritos de dolor de mis propios hijos, fué un teatro de terror mudo.

Cuando finalmente pude incorporarme vi los cuerpos de mi esposa e hijos, en mi espalda recorría un dolor inconmesurable, consecuencia de la misma explosión que hace unos instantes les había arrebatado la vida. En medio de las llamas y el dolor finalmente pude ver su rostro, el rostro del asesino que hasta entonces no había podido ver. Llevaba a rastras otro cuerpo, el cuerpo de mi padre completamente chamuscado, salvo por algunos detalles era prácticamente imposible de reconocer.

El asesino me observa fijamente, no pude denotar en su mirada un gesto de ira u odio, era una mirada adusta, carente de cualquier sentimiento, a pesar que había masacrado a todos mis seres queridos no percibí en el ni un rastro de arrepentimiento. En ese entonces no pensé en nada más, todo mi odio se encarnó en aquel sujeto. Sin pensarlo dos veces me abalancé sobre el asesino, sin embargo era bien sabido que no podría ganar, solo lo hice por instinto. Una llamarada surgió de su cuerpo, por un instante pude, entre el inmenso dolor que sentía, reconocer el aroma a carne quemada de mi propia piel. Incapaz de seguir en pie, terminé por desmayarme.

La llama que brilla el doble se quema en la mitad del tiempo...

Los siguientes días no puedo recordarlos bien, solo tengo algunos vagos recuerdos de como me arrastré fuera de los escombros... Recuerdos de unos sujetos desconocidos llevándome a un lugar oscuro... Recuerdo que por varios meses no fui capaz de ver ni un rayo de luz... Recuerdos de terribles operaciones realizadas con el afán de mantenerme con vida, operaciones hechas a carne viva y sin anestésia... Recuerdos de un dolor tan terrible que ningún ser vivo podría soportar. Una sonrisa, lavanda, aroma a tierra... Y al final de eso nada.

¿Cuanto tiempo ha pasado?¿Meses?¿Años?¿En donde estoy?

Cuando finalmente pude recuperar el conocimiento me encontraba en una habitación oscura, incapaz de resolver el motivo por el que seguía vivo, incluso ahor hubiera deseado morir junto a mi familia en lugar de soportar lo que sobrevino después. Atado a una cama sin saber que me aguardaba el futuro, visitado ocasionalmente por sujetos vestidos de blanco... Múltiples inyecciones, extracciones de muestras, cortes en la piel (o lo que quedaba de piel)... Sin embargo yo no era capaz de sentir nada.

Así paso un tiempo, es imposible saber cuanto, hasta que un día pude finalmente liberarme de mi prisión. Engañar a una enfermera para que te desate es algo relativamente simple, ella de seguro tenía una familia, sin embargo eso a mi ya no me importaba. Fue mi primera víctima, contrario a lo que se puede pensar no sentí nada, ni remordimiento ni compasión. Ya fuera de mi jaula lo más difícil fue adaptarme a la luz, incluso hoy no sé cuanto tiempo pasaron mis ojos en la oscuridad. De alguna forma me las arreglé para avanzar sin ser detectado, una vez más era libre... O al menos eso pensaba.

Fuera de las instalaciones un sujeto extraño me esperaba, su piel pálida parecía la de un difunto, sin embargo lo que más destacaba de su vestimenta era un emblema, el emblema de la organización que he jurado destruir... Antes que me diera cuenta estaba rodeado, sin lugar a donde escapar... El sujeto simplemente se dedicó a aplaudir, como si mi fallido intento de escapar le provocara gracia.

- "Muy bien hecho, has pasado la prueba" - Dijo mientras sonreía cínicamente - "¿Sabes por qué sigues con vida?"

Sin ánimo de responder me abalancé contra el sujeto, antes que pudiera acercarme uno de sus seguidores apareció frente a mi y me detuvo con un corte de una espada. Desangrado en el suelo no podía imaginar una situación peor, sin embargo no sentí dolor en aquel momento...

Deseo vivir...

Deseo vivir lo suficiente para vengarme...

Deseo vivir lo suficiente para matarlos a todos...

Deseo vivir para que todos ellos sufran el dolor que sufrí...

Deseo vivir para que todos ellos sufran el dolor de mis seres queridos...

El hombre se acercó sonriente con un puro en la mano, parecía interesado en responder la pregunta que me había hecho momentos antes, sin embargo no pudo contestar... Una luz blanca, es todo lo que puedo recordar de ese momento, el hombre gritaba, pero no podía escucharlo, solo podía escuchar una voz...

- "¿Deseas vengarte? Si realmente lo deseas debes subir"

Al despertar ya no estaba en un lugar oscuro, ya no me encontraba en la tierra que amaba. Este es un lugar salvaje, mi anterior yo no hubiera sido capaz de sobrevivir en un ambiente como este, pero eso es cosa del pasado. El hombre conocido como ... había muerto, murió en un incendio junto a sus padres, esposa e hijos... Ahora solo queda Encanis, Encanis Surtur.